Todo tu mundo puede cambiar en cuatro minutos
En cuatro minutos, el tiempo que suele durar de media una canción, pueden pasar muchas cosas. Puede explotar la nave Starship de Elon Musk tras ser lanzada al espacio, se puede alcanzar un orgasmo, remontar una final de Champions o hacer una tanda de HIIT. Lo que no es normal es la cantidad de cosas que ocurren en ‘Frenetic Outlaws’, la nueva canción de la banda catalana Groove Nazar, que funciona como single de adelanto del que será su segundo álbum, a la venta el 9 de junio.
A nivel lírico ‘Frenetic Outlaws’ plantea una historia que podría servir como borrador para un guion de cine: habla de dos almas gemelas que cometen un desafortunado acto de robo que, de otro modo, habría sido su billete de ida a la libertad. Pero el percance hace que la protagonista abandone a su pareja y se adentre en un camino aún más oscuro que el que habían decidido seguir juntos.
Aunque es sobre todo a nivel musical en el que más cosas pasan durante los casi cuatro minutos de ‘Frenetic Outlaws’. En un ejercicio difícil de clasificar, pero increíblemente estimulante, el trío catalán evoca sabores añejos a menudo asociados a bandas como The Black Keys, Dead Weather o Fantastic Negrito, llevados a cabo con una actitud incisiva y directa similar a la de Royal Blood o Paramore.
Pero ese rock, digamos, sucio, de carretera, con aires sureños y de stoner, es solo la punta del iceberg. Bajo la superficie, poblando estrofas y estribillos que parecen cambiar a cada escucha, podemos apreciar trazas de blues y soul rock, pistas que nos conducen a su lado más funkarrón y, por supuesto, groove, mucho groove.
Haciendo de su base rockera un campo abonado para la experimentación, Groove Nazar buscan por encima de todo eso, el groove: el elemento fundamental de la música que nos hace mover la cabeza; que no se mide ni se teoriza, simplemente se siente. Ahora bien, el otro elemento fundamental en el conjunto barcelonés es el término turco “nazar”, proporcionado por uno de sus componentes, del mismo origen.
Hablamos de un concepto tipo “mal de ojo” que te conduce por el mal camino, que te hace estar alerta porque a la vuelta de cada esquina todo se puede torcer hacia el lado que menos te imaginabas. Imagínate: toda una vida conduciéndote por el buen camino para que, de pronto, en cuatro minutos…todo se ponga patasarriba.