Y Madrid se rindió a la Americana Music

En estos tiempos post pandémicos donde el valor de la cultura cada vez esta más de capa caída hay que saber dar cumplido reconocimiento a aquellos valientes que siguen apostando por sus proyectos con la fe inquebrantable de un titán. Que porque no pones el concierto en fin de semana, que si la hora, que me espero al último segundo para pillar la entrada, que el precio es muy caro. Todo parece estar en contra de aquellos amantes de la cultura, hasta que se suben a un escenario y ponen las cosas en su lugar.

Esto es justamente lo que sucedió en la sala El Sol el pasado miércoles con Tangerine Flavour y Suso Díaz & The Appaloosas como protagonistas. Dos bandas que habían sido elegidas por el Inverfest para presentar sus nuevos discos en una noche que ya desde el inicio se antojaba de una calidad enorme.

Descubrimos hace poco a Suso Díaz & The Appaloosas y lo que habíamos visto de ellos en directo siempre había sido en un formato acústico por lo que había muchas ganas de ver su versión eléctrica y sobre todo descubrir como sonaban los temas de su nuevo disco ¨Love, Loneliness & Conclusions¨. La fuerza e intensidad que desprende la banda en directo es algo que te golpea desde el primer acorde. Mezclando temas antiguos con los nuevos, Suso Díaz nos fue llevando hacía su terreno con esa voz tan característica y una presencia incontestable sobre el escenario.

Desde Appaloosas, esa canción que siempre me produce una reacción especial, pasando por Nobody Calls o Love y terminando con la eléctrica Broken Bones. En una hora, la banda puso patas arriba la sala, apoyada por la constante presencia de Jaime Hortelano con el teclado y guitarra o la labor de Helena Poza (seguimos anhelando un directo propio para disfrutar de la potencia de su voz) con los coros. Un concierto donde dejaron el poso de banda grande, que se gusta en este tipo de escenarios y que te deja siempre con ganas de más.

Llego el turno de Tangerine Flavour. Al verles salir sabes que eran los Tangerine pero había algo que te hacía sentir que no eran los mismos de siempre. La banda ha ido mutando de una manera muy sutil a lo que hemos conocido en estos años. ¨Empty Fantasies¨, su nuevo disco (leer reseña aquí) es un disco más maduro, más solido y mucho más abierto de estilos. Todo esto se refleja en la banda y en su directo, ahí sigue estando la chispa de siempre de la banda, pero ahora también aflora el poso de tantos conciertos sobre sus espaldas.

Sus canciones en directo van cambiando entre la Americana Music, pasando por momentos mucho más pop pero sin perder esa frescura y dinamismo que les ha caracterizado siempre. Por supuesto que aparece el blues y el funk pero lo que se ve ahora es una banda muy bien ensamblada que se lo pasa bien sobre el escenario.

Simplemente con el inicio de Ten Dollars ya te das cuenta de que la esencia Tangerine sigue estando ahí, luego sonaron temas como God o What Are You Doing? que dan sentido a las palabras antes anunciadas de evolución de la banda. Tal es la soltura que han desarrollado estos cuatro chicos que le han dado una vuelta de tuerca a dos de sus primeras criaturas como Song For Alba o Dark Winter. El country y el blues aparecieron con Promise Land o Roses, pero lo mejor estaba por venir.

El bis final empezo con una versión en acústico de esa maravilla de canción que es Empty Fantasies, el estilo Beatle de la versión original se queda un poco más apagado en el acústico pero ver ejecutarla a los Tangerine con Helena Poza y Suso Díaz fue algo de poner la piel de gallina. Y aprovechando que ya estaban sobre el escenario comenzaron los acordes de The Weight, ese clásico atemporal de The Band, con el que se puso el broche final a una noche cargada de emotividad, energía y calidad por parte de dos bandas que dejaron bien claro que si crees en tu proyecto no hay montaña que no se pueda escalar.