Fuerza y dramatismo hacen de Soledad Vélez una artista muy adictiva.
Cuando ves una foto de Soledad Vélez ves a una persona con un aura distinta al resto, sabes que de ella saldrá algo que nos llegara al alma. Y es justamente lo que sucede cuando comienzas a escuchar su música. Un torrente de sensaciones afloran al escuchar su sesgada voz y no saber hacia dónde te va a dirigir esa voz
Y es que la carrera de esta joven chilena es la de alguien que se ha ido haciendo a sí misma. Siendo muy joven abandono su Chile natal, para llegar primer a Argentina y en 2011 a Valencia, donde debuto con su EP Black light in the forest, desde ahí sus primeros trabajos, Wild Fishing que llegó en 2012 y un año después Run With Wolves con los que explora su vertiente más folk.
Los anteriores discos de la artista chilena pusieron los cimientos de la que, a día de hoy, se configura como un pieza referencial del panorama musical nacional e internacional: «Dance and Hunt» y que es el primero de la artista con el sello Subterfuge Records. El álbum es una obra memorable repleta de canciones que enaltecen el oído melómano y retuercen el alma. Un óptimo ejercicio compositivo, melódico y sonoro.
Canciones de abigarrada arquitectura sinfónica que transitan entre secuencias ambientales de intensa vaporosidad “Jeanette”, “Asteroid” o “Nightmare”; la contundencia eléctrica de épica resonancia y tintes electrónicos “You have no choice with me”, “Thunderstom”, “The cave”, “Dune” o “Dance and Hunt” y la energía más desenfadada de epopeya latinoamericana “Knife”.

Por otro lado se encuentra el directo de la artista, un lugar donde se encuentra más que cómoda y dónde saca toda la fuerza que lleva para dentro para llevarte con ella en un torbellino de emociones.
En breve podremos disfrutar de ese directo tan potente en sus dos citas más próximas en tiempo en Madrid ( 7 de Mayo en la Sala Siroco) y Valencia ( Sala 16 Toneladas ).
