
La noche del pasado 21 de septiembre se conocerá por la noche en que la banda peruana Dolores Delirio rindió a sus pies Madrid. El fin de gira por nuestro país de la banda celebrando sus 30 años de vida no pudo ser más épico. Desde el principio se notaba en el ambiente que iba a ser una noche grande, colas para entrar desde varias horas antes de entrar y una banda que se entregó al 1000% para que su masa social se fuera a casa con un gran sabor de boca.
Esta última parte lo consiguieron a la perfección buscando un equilibrio entre sus himnos más reconocidos y pasajes de corte más experimental. Se alternaron momentos densos, de texturas oscuras y guitarras envolventes, con estallidos más eléctricos que desataron el pogo en las primeras filas. La voz de Ricardo Brenneisen fue el hilo conductor: íntima en los pasajes lentos, cortante y vibrante en los clímax.
La noche comenzaba con los acordes de ¨Carmen¨, desde ahí la banda nos llevó por un recorrido atemporal por su extensa discografía, con la salvedad de que pudimos escuchar ¨El Mal Querer¨, el que será nuevo single de la banda y que ya podemos adelantar suena como un auténtico cañón. ¨Histeria¨, ¨Uña y carne¨o ¨Lágrima¨ iban subiendo la temperatura de la una sala Clamores que pese a ser domingo presentaba un magnífico aspecto con más 3/4 de aforo completo (no queremos pensar lo que hubiera podido ser este concierto un viernes o un sábado).
Pese a algún problema técnico, que no influyo en el poderoso sonido de la banda, Dolores Delirio supo dar en la tecla para conquistar al respetable. Hubo momentos para la morriña y la añoranza por estar lejos de su hogar, al igual que muchas de las personas que se acercaron a la sala, momentos para la siempre necesaria crítica social y por supuesto, momentos para regresar a sus grandes hits como ¨A cualquier lugar¨o ¨Aprendizaje¨, con el que se cerró el concierto. Por momentos la banda fue capaz de llevarnos sonoramente a The Cure o Héroes del Silencio, pero siempre con el toque personal que la banda ha sabido ir trabajando durante estos años de carrera.

El concierto llegaba a su final, pero aún deparaba una sorpresa para la banda, y es que se realizó una conexión en tiempo real con las familias de los integrantes y staff de la banda, creando el lazo perfecto entre familia y banda y haciendo que el respetable les brindará una más que atronadora ovación. Dolores Delirio cumplieron con creces la misión de su gira: llevar su historia y su sonido a un público nuevo, con respeto por su legado y ganas de hacer de este paso por España algo memorable.
Para muchos asistentes fue una oportunidad única de ver en vivo a una banda con la que muchos de ellos crecieron. La sensación compartida es que este concierto quedará en la memoria del público como un momento de encuentro emocional entre banda y fans.
