Ese placer oculto llamado Wilco

Renovar nuestros votos con Wilco se ha convertido en uno de esos momentos que no podemos dejar pasar en nuestra vida. Lo que proponen en cada uno de sus conciertos es un viaje místico por sus historias y por las nuestras, ya que muchas de ellas se han creado alrededor de sus canciones. Hace pocas semanas nos citamos de nuevo con Wilco en el marco del Alma Festival, el cual se celebró en el incomparable marco del Parque Enrique Tierno Galván. 

Caía la noche sobre el madrileño recinto cuando Wilco comparecía sobre el escenario ante el fervor de las más de 7.000 personas que abarrotaban el parque, cuando los primeros acordes de ¨Handshake Drugs¨ comenzaron a sonar de manera pausada pero contundentes. Con este inicio ya sabíamos que estábamos ante una fecha grande para la banda. Durante casi dos horas nos hicieron cabalgar por su extensa discografía, llevándonos por parajes sonoros que nos acercaban al sonido de finales de los 90 y por momentos nos acercaban a la americana más pura con los sonidos del hammnond y la acústica de Jeff Tweedy.

 

En un concierto de Wilco hay momentos para todo, para animarse, para emocionarse y para tener un viaje interior para sanar nuestra alma. Todo ello acompañado de los clásicos elementos que acompañan, y hacen grande, a los directos de los norteamericanos. Batería bien afinada sin fallar en ningún momento y siendo el metrónomo de la banda. La guitarra de Nils siempre afilada y cargada de esos solos que solo el sabe ejecutar y en esta ocasión nos sorprendió la presencia más importante de la figura del bajo de John Stirratt.

La mitad del show vino marcada por ¨Humminbird¨, esa balada que nunca pasa de moda y que sigue sonando tan bonita como el primer día. Desde ese momento llego el momento de que Wilco pusiera en marcha el modo apisonadora con temazos marca de la casa y sintiendo el cariño del publico de Madrid, el cual les adora y venera. Es este último bloque tuvimos la suerte de gozar con ¨Imposible Germany¨, ¨Jesus Etc¨, ¨Either Way¨o ¨Spiders¨, esa canción que piensas que va a terminar pero que siempre te sorprende con un nuevo subidón a modo de loop psicodélico. 

El final del concierto nos vendría con un bis de cuatro canciones en las que nos llevaron a una de esas canciones que nos moríamos por escuchar como es ¨California Star¨, una canción que te marca y hace que afloren sensaciones de lo más ocultas. 

Junto a ella ¨Falling Apart¨ y ¨I Got You¨, la cual se presento ante nosotros sin ese aire Beatles con la que se muestra en su edición original. Como última muestra ¨Shot In The Arm¨, ese autentico temazo que se encuentra en esa perlita de disco llamada ¨Summerteeth¨. Con ello se cerraba una actuación que volvía a dejar a las claras el buen estado de forma de la banda, el cual se vio arropado por un lugar perfecto para poder escuchar su música y un festival que solo ofrece comodidad a sus espectadores. 

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