La Música que nos Marcó: The Leb Trip

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Nueva visita a nuestra sección de La Música que nos Marcó. En esta ocasión nos visita Jordi Bel, fundador de The Leb Trip. The Leb Trip marca un punto de inflexión en la carrera musical de Jordi con el que pretende abrirse en canal y explorar terrenos más introspectivos y acústicos. Un viaje al universo interior a base de melodías y texturas más delicadas y personales, con claras influencias de los clásicos de siempre. A continuación os dejamos algunas de esas perlitas que han marcado las creaciones del músico catalán. 

  • Gram Parsons (GP)

Aún recuerdo el día que compré este disco en CD. De camino a la facultad de Medicina,en la esquina de la calle Balmes con Rosselló de Barcelona, había una pequeña tienda de discos (que evidentemente por desgracia ya no existe) . Un día, a pesar de las prisas, me animé a entrar ávido de nuevas melodías y me recomendaron dos discos, Guitar Town de Steve Earle y GP de Gram Parsons. GP me hizo explotar la cabeza. Guitar Town también pero tardé un poco más, supongo que por el tratamiento del sonido un poco más comercial y ochentero, pero  igualmente desborda una energía brutal. Realmente lo que hizo Gram Parsons en GP fue una obra maestra. Una delicia para los sentidos en todos los aspectos. Melodías y producción neo-country rock perfectas, sonido cálido y otoñal, y una sinergia indescriptible con Emmy Lou Harris. Gram Parsons no pasaba por su mejor época pero aún así su voz tiene una sensibilidad genial. Canciones como Streets of Baltimore, We’ll sweep out the ashes in the morning o She son magistrales y nos han acompañado durante años en las giras con Stay en la furgoneta y en mil momentos divertidos por ahí con ellos, cantándolas como himnos generacionales.

  • Donovan (Fairytale)

Cómo puede un cantautor que no destaca especialmente como  guitarrista o cantante  hacerte sentir todo lo que te hace sentir e influenciar a tantos músicos? Pasan las décadas y la magia persiste. Le decían el Dylan británico pero incluso con una sensibilidad más desbordante y con un equilibrio entre lo emocional y cerebral perfecto. Canciones sencillas  que parece que tengan un toque apacible e infantil, con una calidez que te embriaga y te lleva a otro mundo, quizás a cuando eras pequeño e inocente. Y cómo no, melodías perfectas otra vez, dignas de estudio, a la altura de los más grandes, Beatles, Paul Simon, Dylan, Cat Stevens… Hace unos años  tuvo la suerte de poderlo ver en el Café del Teatre, en Lleida, en el festival MUD y fue impresionante la energía y sosegada aura que aún desprendía cuál si de un semidiós o gurú se tratara. Terapéutico. Canciones como Colours, Universal Soldier, Candy Man o To try for the sun son una exquisitez

  • The Byrds (Mr. Tambourine Man)

Este disco me lo ha dado todo. Me forjó mi personalidad musical.  Sería el álbum que me llevaría a una isla desierta. Todo lo que hago y dejo de hacer está relacionado con este disco, que aparte no envejece. Aún me pregunto cómo pudieron crear ese sonido tan adictivo y personal siendo sólo unos chavales en Laurel Canyon con influencias de la música tradicional inglesa e irlandesa. Las guitarras de 12 cuerdas, las voces celestiales, la ambición de coger una versión de Bob Dylan y mejorarla. Revolucionar la revolución. Canciones como Mr.Tambourine Man, Bells of Rhymney o Chimes of Freedom marcaron el inicio de una era. Los Beatles tuvieron que ponerse las pilas.

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