Si bien en los singles publicados anteriormente nos hizo viajar entre sonoridades más experimentales, situadas a mitad camino entre el pop, rock progresivo, góspel o música sinfónica, en “Goodbye Love” las guitarras eléctricas toman protagonismo en un minutaje marcado por un ritmo frenético.

Junior Mackenzie trata de aproximarnos al espíritu del nuevo sencillo con estas palabras: “Goodbye Love suena a The Raconteurs yendo a misa los domingos, a Deep Purple saliendo de una resaca infernal tras un mágico fin de gira, e incluso en algunos momentos puede evocarnos a los primeros The Black Crowes más orgánicos y musculosos…”

Siguiendo en la línea de letras basadas en lo terrenal y cotidiano, el nuevo corte aborda con evidente sarcasmo e intención crítica, la disyuntiva que plantea la elección (o no) de la soledad para recuperar la paz interior. También nos hace reflexionar sobre los autoengaños que frecuentemente nos imponemos al estirar en el tiempo relaciones claramente disfuncionales, con tal de llenar cierto “vacío existencial” y poder tolerar el día a día.